sábado, 21 de enero de 2012

qué, porque y como.....

Que?

Vida de Marisco es un medio, una herramienta que alguna vez supo ser un fin. Una herramienta que invita a vivir, a vivir jugando.

Es también un espacio de paz y libertad. Un lugar donde nada molesta y nada pesa, estamos flotando. Toda impureza queda solitaria en la tierra, es el agua quien limpia el alma hasta dejarla desnuda. Es donde el tiempo deja de existir, y donde las sensaciones se apoderan del cuerpo. Donde se puede elegir a donde ir, sin límites.

Un lugar donde se vive…*

  • adaptación de “en ésta casa se vive”, del Negro Galiano.

Por que?

Porque desde chico los veía flotar, yendo y viniendo. Los sentía pasar muy sutil y silenciosamente, deslocando agua, abriendo caminos. Me hacían sonreír con fuerza y me invitaban a disfrutar de su simpleza, y lo siguen haciendo…

Porque no había otra opción.

Como?

De una manera extraña e irracional. Como suelen suceder las cosas importantes. Llevando algunos sueños a la tierra para hacerlos tangibles…

De preguntar por ahí, averiguar por allá y apareció de “casualidad”. Lo tengo acá en Victoria, vení a verlo, te vas a enamorar me dijo Fabiano después de responder unas cuantas preguntas inusuales e intercambiar datos técnicos con Phillpe y Pierre.

“Lo tengo acá en Victoria, vení a verlo” quería decir: 450km de ida con Enriquetta y la BR-101 por primera vez en moto, con hambre y recién levantado de un larga noche. Y así fue.

Atardecer entre morros y ganas de tomar mate. Apareció un árbol con su respectivo banco de madera al costado de la ruta, un mismísimo oasis. Sin dudarlo me senté con vista al atardecer a tomar el tan ansiado mate. Imágenes soñadas, momentos mágicos y yo sin cámara. Cayó el atardecer y vino la noche, cosa que no había reparado en que sucedía luego de tan milagroso momento.

Complicada la 101 de noche carajo. Desconocida y llena de camiones, oscura y casi sin iluminación (poco hacía el farol de Enriquetta) subidas y bajadas, y aun unos 80km por andar.

Llegue a Vila Velha por la entrada que no tenía que entrar a esa hora, pasa que no conocía, no había mirado un mapa siquiera, si total todos los caminos llevan a Roma no? Yo sabia que iba a Victoria, estado de Espiritu Santo.

La favela estaba de fiesta, los bares repletos, banderas por todos lados, abrazos y besos en todas las esquinas. El Flamengo salía campeón y el pueblo cumplía años…. No había peligro el mundo, todos estaban de folga, todos. Había fiesta en toda la ciudad. Unas vueltas por la playa, un ratito de mar y a buscar donde dormir, cosa difícil ya que la celebración del cumpleaños había lotado casi todo. Por suerte siempre están esos lugares que nadie quiere ir, suelen tener algún rincón para ofrecer.

Ducha y a la fiesta, en la plaza principal había un recital de la ostia. El transito cortado a 4 cuadras ya le daba un marco multitudinario, íbamos todos como en la cancha…

Luces, cervezas, bailes, música, familias, ebrios, vendedores…. Todo estaba en a plaza… una banda de Sertanejo universitario cerró la noche y me fui a descansar unas horitas al menos.

Bien temprano amanecí, baño y desayuno completo. Busqué a Enriquetta donde creí haberla dejado y lo llamé a Fabiano para decirle que quería ver el velero. Como no le avisé que iba, se sorprendió mucho al saber que estaba en Vila Velha y que en 15 minutos llegaba. Por suerte era feriado y por eso estaba libre, generalmente la gente trabaja los lunes, yo de eso me había olvidado tambíen.

Cruce el puente Vilha Velha-Victoria, el cual merece una descripción aparte, y al bajar me paro la policía para controlar la documentación. Está todo en regla, pero el detalle es que el registro Argentino no tiene validez en Brasil, si estás de vacaciones nadie te jode porque estás dejando plata, pero si vivís acá, tenés que tener el Brasilero. Igualmente mi cara de susto y desesperación los ablando y después de 30 minutos, me dejaron ir en paz (plata no les iba a dar, asíque la otra opción era que me saquen la moto).

Llegué al club, fuimos a ver el velero y me enamoré. Venía viendo terribles bichos flotantes al caminar pero cuando lo ví, todo cambió. Así como hay millones de mujeres y es solo una quien te hace vibrar, en éste caso es igual.

Lo miramos, me mostraron todo y salimos a dar una vuelta, izamos las velas y se apagó el motor…. Sentí realmente lo que estaba haciendo y mataba la emoción. Me dieron el timón preguntando hacía cuanto que no navegaba y les respondí: “creo que a los 12 anduve una vez, pero no me acuerdo nada “….. rieron sorprendidos, no podían creer como iba a comprar un velero si nunca había navegado. Es que no sabían que lo venía haciendo desde chico, cuando los soñaba navegando desde que los conocí en el Tigre.

Volví derechito a Búzios, después de comer y perderme en Victoria, agarre la 101 de vuelta ya entrada la noche, eran cerca de las 19hs. Indescriptible la vuelta. Noche, lluvia torrencial, escalas, paradas, camiones, frio, cansancio….00.30 llegué a Búzios.

Juramos volver a vernos, solo restaba decir cuando.